Con un 33% en Rotten Tomatoes y una recaudación muy por debajo de lo esperado, Argylle se ha convertido en uno de los batacazos más notorios del cine comercial reciente.
La cinta de espías dirigida por Matthew Vaughn, pensada como una sátira autorreferencial al estilo Kingsman, no logró convencer ni al público ni a la crítica. Pero su protagonista, Bryce Dallas Howard, no se ha dejado arrastrar por el fracaso.
En una reciente entrevista con The Independent, la actriz confesó que sabía desde el rodaje que la película no iba a funcionar: “Siempre puedes verlo venir mientras la estás haciendo. Nunca me ha sorprendido cuando algo no funciona. Pero yo solo soy una actriz: estás ahí para servir la visión del director. Si una película no sale como la imaginaste, apenas puedes sentirte decepcionada porque no es tuya. No eres la persona que está construyendo eso”.
Sus palabras abren una ventana poco habitual a cómo se vive el fracaso desde dentro de una superproducción, donde no todo está en manos del elenco. El papel de Howard en Argylle fue uno de los ejes centrales de una historia que mezclaba espionaje, metaficción y acción con un tono disparatado que no acabó de cuajar en la gran pantalla.
Por su parte, el propio Matthew Vaughn ya había expresado su desconcierto por la recepción tan agresiva que recibió la película. En declaraciones a Empire, el director británico se mostró genuinamente sorprendido por la dureza de las críticas: “No hicimos Ciudadano Kane, pero joder, salieron las críticas y pensé: ‘¿Qué he hecho para ofender a esta gente?’ Fueron vitriólicas. No digo que la película sea perfecta ni mucho menos, pero no creí que fuera ofensiva. Eso me tomó por sorpresa. Incluso fui a varias salas porque pensé: ‘Quizá he perdido el juicio ya’. Me descolocó. Sinceramente, me como la cabeza con esto, porque no se puede ignorar”.

Vaughn incluso reveló que las normas de censura impuestas al montaje afectaron al tono final del film: la versión estrenada tuvo que rebajar su violencia gráfica, alterando secuencias clave, como la eliminación de disparos a la cabeza. “Disparar en el pecho es aceptable, pero en la cabeza es horrible”, ironizó.