Entre el descalabro de Batman y Robin (1997) y el regreso sombrío y estilizado de Batman Begins (2005) pasaron ocho años que se sintieron como una travesía por el desierto para los fans del Caballero Oscuro. Ocho años en los que la iconografía del personaje mutó, los cómics marcaron nuevos caminos y el público dejó de ver al justiciero de Gotham como un juguete kitsch para volver a imaginarlo como un símbolo trágico.
Pero cuando Warner decidió darle luz verde a la visión de Christopher Nolan, con un cheque de 150 millones de dólares sobre la mesa, lo último que esperaban era que Batman tardara una hora en aparecer en pantalla. Como si fuera una broma interna para fans pacientes. Batman Begins optó por mostrarnos a Bruce Wayne antes que al mito, y eso descolocó a más de un ejecutivo del estudio. Así lo confesó recientemente David S. Goyer, guionista de la trilogía, en el podcast Happy Sad Confused. Según él, hubo nervios. Muchos.
Warner entró en pánico: Batman no salía y el reloj ya marcaba 60 minutos
“No estaban contentos. Sabíamos que teníamos que lograr que el público se enamorara primero de Bruce Wayne. Necesitábamos una secuencia de acción espectacular… sin Batman”, explicó. ¿El resultado? Esa escena con Wayne escapando del templo de la Liga de las Sombras y deslizándose sobre el hielo, que hoy parece una firma de estilo pero entonces era motivo de preocupación.

Para calmar los ánimos, Goyer se plantó en Warner con una presentación milimetrada. Comparó el momento exacto en que aparecían los superhéroes en otras películas. “Medimos el minuto en el que Superman se ponía el traje… ¡Y no estábamos mucho más lejos que ellos!”, dijo. Así, con datos y comparativas, logró que el estudio respirara tranquilo. Y menos mal.
Al final, esa espera jugó a favor del relato. Batman Begins no solo fue un éxito: fue el cimiento de una de las trilogías más influyentes del cine moderno de superhéroes. Goyer, junto a Nolan, entendió que antes de que Bruce se pusiera la máscara, el público debía entender su trauma, su motivación, su dolor. Pero ni siquiera el éxito garantizó claridad futura.
Cuando el guionista fue tentado para volver con Batman v Superman, Christopher Nolan le dio un consejo muy claro: “Me dijo que no lo hiciera. Que era confuso. Que nosotros hicimos una y nos quedamos ahí”. No le faltaba razón. El Batman de Ben Affleck llegó envuelto en debates y contradicciones, y el de Robert Pattinson ha abierto un nuevo universo paralelo que se superpone a otro universo paralelo. El bat-caos está servido.
Ahora, con James Gunn al timón del nuevo DCU y otro actor por anunciar bajo la capucha, la pregunta resuena en las alcantarillas de Gotham: ¿Es hora de otro Batman Begins? Han pasado veinte años desde que Nolan le dio al personaje un nuevo inicio. Quizá el reloj vuelva a estar en marcha. Y en Warner necesitan al murciélago.