Víctor Elías, dolido pero sereno, confiesa a Risto Mejide cómo fue su ruptura con Natalia Sánchez: 'Fue mi primer amor'

A veces, la ficción no solo se interpreta, también se vive. Eso fue lo que les ocurrió a Víctor Elías y Natalia Sánchez, los inolvidables Guille y Teté de Los Serrano, que no solo crecieron juntos en el plató, sino que también compartieron una historia de amor real tras las cámaras. Años después, el actor rememora aquella etapa con nostalgia y cariño. “Es parte de la familia que eliges y te acompaña siempre”, confesaba en su paso por Viajando con Chester.

Víctor Elías recuerda su historia con Natalia Sánchez: "Fue mi primer todo"

Durante la charla con Risto Mejide, surgió inevitablemente la pregunta: “¿Por qué lo dejasteis?”. Elías respondió con la honestidad que solo el paso del tiempo concede. “Empezamos con 14 años… es complicado que algo tan intenso y precoz sobreviva sin transformarse”, admitió. “Con 20 años quizás simplemente quieres experimentar otras cosas”.

Lo cierto es que para él, Natalia marcó un antes y un después. “Fue mi primera novia, mi primer amor… mi primer todo”, dijo, reconociendo el valor simbólico de aquel vínculo. Pero no hubo drama ni reproches tras la ruptura. “Después vino lo bonito: la parte sana, la del afecto que no se rompe, la de la familia”, explicó. Un amor sin pasión, pero con raíces profundas.

Risto no evitó tocar asuntos más delicados. Le preguntó directamente si sus problemas con las drogas influyeron en la separación. Elías, que rara vez ha hablado públicamente de su adicción, se mostró pensativo. “Justo antes de dejarlo con ella probé las sustancias por primera vez… puede que fuera un detonante”, reflexionó. No parecía tenerlo del todo claro, pero reconocía que en aquel momento no era capaz de entender lo que vendría después. “Ni medio imaginaba lo que acabaría significando”.

Mientras tanto, los focos también han apuntado en las últimas semanas a su actual pareja, Ana Guerra, quien ha respondido con firmeza a los rumores de embarazo: “Seguimos viviendo en un mundo retrógrado”, lamentó. Una frase que también sirve como diagnóstico para la mirada que aún pesa sobre quienes, como Víctor y Natalia, decidieron crecer —y equivocarse— bajo el ojo público.