El conflicto legal entre Blake Lively y Justin Baldoni, director de It Ends With Us (Romper el círculo), suma un nuevo capítulo. La actriz, tras recibir el respaldo de Sony, ha solicitado retirar dos de las acusaciones más delicadas presentadas contra Baldoni: las de daño emocional intencionado y negligente.
El movimiento, revelado en un nuevo escrito judicial presentado por el equipo legal de Baldoni, llega en un momento clave, justo cuando el cineasta pedía acceso a los historiales médicos de Lively como parte del proceso de descubrimiento, algo habitual en demandas por daños emocionales. Baldoni, que acusó a Disney y Marvel de mofarse de él en Deadpool y Lobezno, pidió disculpas por las reescrituras de la película, pero se encuentra en una postura mucho más cómoda que Lively, que ha perdido fuerza y credibilidad en sus acusaciones.
Blake Lively da un paso atrás: intenta retirar su denuncia por daño emocional contra Justin Baldoni
Según explican en Variety los documentos presentados ante el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, Lively quiere retirar dichas acusaciones sin perjuicio, es decir, reservándose el derecho a reactivarlas en el futuro. Pero la defensa de Baldoni exige que se retiren con perjuicio, para evitar que puedan ser presentadas nuevamente una vez cerrado el plazo legal para el intercambio de pruebas. “Ms. Lively no puede tenerlo todo”, afirma el escrito firmado por el abogado Kevin Fritz. “Si desea abandonar sus acusaciones, debe hacerlo definitivamente”.

El caso, que ya cuenta con media docena de demandas cruzadas, se originó tras el rodaje de Romper el círculo, un drama centrado en la violencia doméstica que, pese a la controversia, arrasó en taquilla con más de 350 millones de dólares recaudados a partir de un presupuesto de apenas 25. Baldoni no solo dirige la película, sino que además mantiene una demanda millonaria —de 400 millones— contra Lively y su marido, el actor Ryan Reynolds, a los que acusa de extorsión y difamación.
Por su parte, Lively asegura haber sido víctima de acoso sexual por parte del director y del productor Jamey Heath, así como de una campaña de desprestigio tras denunciar los hechos.
La defensa de la actriz, liderada por Esra Hudson y Mike Gottlieb, ha respondido con contundencia, indicando que Baldoni convirtió el proceso en un espectáculo mediático y, además, aseguran que su clienta no está renunciando a sus alegaciones de daño emocional, sino que está reorganizando su estrategia legal.

El tribunal deberá ahora decidir si obliga a Lively a entregar sus registros médicos, lo que supondría una cesión importante de privacidad, o si acepta la retirada de las acusaciones tal y como ella propone. En contextos como este, es habitual que el acceso a documentos de salud mental sea una parte inevitable del proceso judicial, pero es muy poco común que una parte intente retirar dichas acusaciones una vez abierta la fase de descubrimiento.
En paralelo, Baldoni también mantiene otra demanda con su antigua publicista, a la que acusa de filtrar mensajes comprometedores que habrían iniciado esta espiral judicial. Mientras tanto, el caso sigue creciendo tanto en complejidad como en repercusión pública, apuntando a convertirse en uno de los litigios más mediáticos de la industria en los últimos años.