ChatGPT apunta a convertirse en el rival directo de Google, ofreciendo respuestas inmediatas a las preguntas que hasta ahora se formulaban en el gigante de las búsquedas. Sin embargo, el chatbot liderado por Sam Altman no está exento de críticas, y éstas vienen de voces expertas en inteligencia artificial que advierten sobre un problema creciente.
Los especialistas no dudan en señalar que el entrenamiento de ChatGPT está contaminado, y que esta contaminación afecta directamente a la calidad de la información disponible en la red. A día de hoy, la inteligencia artificial no aprende de forma autónoma ni con la flexibilidad que caracteriza al aprendizaje humano. Y aquí, según los expertos, surge el problema.
Maurice Chiodo, experto en IA, advierte: “La inteligencia artificial está invadiendo internet y ya no tiene marcha atrás”
Los modelos de IA se nutren de enormes cantidades de textos, documentos y ejemplos previos para identificar patrones que luego replican, adaptándolos según el contexto. Pero este sistema no es infalible. De hecho, numerosos expertos han lanzado la voz de alarma: la IA está produciendo contenido erróneo, y lo peor es que se alimenta de esos mismos errores para seguir aprendiendo.
Maurice Chiodo, investigador del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial en Cambridge, explica que los datos recogidos antes de 2022 pueden considerarse "seguros, limpios y confiables", mientras que todo lo posterior queda marcado como "contaminado". Este fenómeno, al que algunos llaman el "colapso del modelo", describe cómo la propia inteligencia artificial se ha convertido en su peor enemiga, minando la calidad del ecosistema digital que la sustenta.
Chiodo advierte a The Register: "No está claro aún si este colapso será un problema grave, pero si lo es, limpiar este entorno de datos será una tarea casi imposible, y extremadamente costosa". Esto crea un círculo vicioso —una especie de "teléfono roto" digital— en el que la IA genera material de baja calidad que inunda internet, y que a su vez es utilizado para entrenar a futuras generaciones de chatbots. El efecto es un aumento progresivo de las equivocaciones y fallos en estas herramientas.
Los datos previos al boom de ChatGPT son extremadamente valiosos, comparables a un "acero limpio" una metáfora que emplean algunos analistas para describir el material previo a la primera explosión nuclear en 1945. Así como aquella detonación liberó partículas radiactivas que contaminan el acero fabricado posteriormente, la proliferación de contenido generado por IA ha dejado una huella irreversible en la red. Y eso es preocupante.
