Análisis de Onimusha 2 Samurai’s Destiny: El Resident Evil de samuráis hecho por Capcom vuelve en un cuidado remaster (PS4, Xbox One, Switch, PC)

El primer Onimusha nació con la idea de dar lugar a un juego de samuráis basado en la esencia de Resident Evil. Así surgió su primer videojuego, estrenado en los orígenes de PlayStation 2 con un recibimiento más que decente, ya que llegó a vender un millón de unidades. Por supuesto, había muchas cosas que mejorar: control, combates, contenidos, duración… Onimusha 2: Samurai’s Destiny fue la respuesta, una evolución en muchos aspectos que ya os adelantamos que merece la pena descubrir.
Capcom nos ofrece la oportunidad de revivirlo en una remasterización bastante cuidada, con un trabajo similar al que vimos con respecto al remaster de Onimusha: Warlords, que retocó el apartado visual e incorporó diversas mejoras de calidad de vida. En este sentido, es un lanzamiento ideal para los veteranos, aquellos que crecieron jugando a esta mítica saga. Redescubrir las hazañas de Jubei en su historia de venganza por acabar con su aldea sigue siendo tan disfrutable como el primer día, acompañándolo mientras se enfrenta a todo un ejército de monstruos liderado por el mismísimo Nobunaga Oda.
Una leyenda de PlayStation 2 remasterizada
La mayor novedad de Onimusha 2: Samurai’s Destiny obviamente la encontramos en su renovado apartado gráfico. Todos los modelados y texturas están adaptados a la alta definición, algo que supone una puesta al día del clásico. No existe una reconstrucción total, sino una remasterización, y como tal se recuperan gran parte de los materiales originales, ahora retocados para que luzcan con mayor calidad, ya sea optando por el formato panorámico 16:9 o en el tradicional 4:3.
El trabajo realizado por Capcom no está mal, pero es muy conservador, y no hubiese estado de más haber realizado un trabajo extra en algunas escenas. En este sentido, hay altibajos. El acabado en exteriores suele brillar más que en interiores, con escenarios que se muestran bastante inertes, sin mejorar en exceso las sensaciones con el juego original. Se añaden algunos efectos para añadir complejidad y el resultado es más que aceptable, pero sin ese "plus" de dedicación que hubiésemos deseado.
El rendimiento técnico en PlayStation 4, que es la versión que hemos jugado, nos ha resultado convincente. La tasa de imágenes ha sido estable en nuestras partidas, con una banda sonora que se ha recuperado tal cual, además de la opción de jugarlo con traducción de textos en español y voces en inglés o japonés, según lo prefiramos.
Onimusha 2: Samurai’s Destiny presenta un esquema de juego muy clásico que recuerda a los survival horror de finales de los noventa, y más en concreto a los primeros Resident Evil. La mayor similitud la tenemos en la construcción de los escenarios, con entornos prerrenderizados y el estudiado posicionamiento de cámaras fijas para seguir la acción. También presenta puzles en determinados momentos de la aventura, algunos de los cuales pueden hacer que te quedes algo atascado o estés dando vueltas un buen rato. Igualmente hay jefes, suponiendo momentos de especial interés tanto argumental como jugable.
Si venías de la saga de zombis de Capcom y querías un cambio de registro, los juegos de Onimusha suponían una reconfortante y novedosa alternativa. Este juego en particular proponía algo muy interesante, y es que sus combates resultaban muy ágiles para el momento en que fue estrenado… y hoy en día aún puedes comprobar que no han envejecido nada mal. Es posible realizar combos e ir obteniendo nuevos tipos de armas de corta y larga distancia, al estilo de espadas, lanzas, arcos e incluso escopetas.
De hecho, uno de los grandes cambios en comparación con la primera entrega lo encontramos en su sistema de combate. Se integraron nuevas formas de interacción, al estilo del ataque cargado o las ofensivas críticas, que funcionan a modo de contraataque y premian el timing a los mandos, acabando con los enemigos de un solo golpe. Básicamente, las batallas aquí son más variadas y estratégicas. No es tan demoledor como Devil May Cry, pero nos encontramos ante una evolución con respecto al primer Onimusha que fue ampliamente aplaudida.
Puedes desplegar la posición de ataque, moverte sin perder de vista al enemigo y atacar en diferentes posturas. También esquivar y hacer parrys. Los combates convencen y son entretenidos, aunque no podemos decir lo mismo del sistema de cámaras fijas. Muchas veces estás luchando y al moverte cambias involuntariamente de plano, algo que te hace perder el foco de la batalla. Lo mismo ocurre al moverte por los niveles. Admitimos que era algo difícil de solucionar, al ser una consecuencia directa de encontrarnos ante un remaster y no un remake, pero conviene que lo tengáis en cuenta antes de jugar.
Un aspecto que nos ha gustado de esta entrega, y que ya fue aplaudida en su momento, es la oportunidad de que nuestros aliados nos auxilien durante la aventura, e incluso podamos controlarlos en determinados momentos. Esto potenciaba, y sigue haciéndolo, la variedad del título, así como su rejugabilidad. Dependiendo de acciones como ofrecer regalos, nuestros compañeros pueden pasarse por las batallas para echarnos una mano, además de vivir fugaces pero interesantes secuencias jugables.
Otra de las cosas más importantes de este videojuego la encontramos en la consecución de orbes para ganar experiencia. A medida que derrotas enemigos y absorbes sus almas, se abre la oportunidad de mejorar tus armas y equipamiento, algo fundamental para avanzar en la aventura. Incluso existen unos orbes especiales que te permiten transformarte en un onimusha, lo cual te hace invencible temporalmente. En el título original esta transformación ocurría de forma automática, pero en este remaster puedes activarla en el momento que más te convenga, lo cual es todo un acierto.
El juego dispone de varios modos de dificultad: fácil, normal, difícil… y el modo crítico, siendo este último especialmente llamativo porque se basa en el retante concepto de que tengas que derrotar a enemigos exclusivamente con golpes críticos. Pero la mayor novedad de este remaster es el modo infierno, que consiste en que un solo golpe puede acabar con tu vida, de forma que los objetos curativos son inútiles. Muchos de los desarrolladores de esta remasterización no han sido capaces de superar este desafío, y no nos extraña, puesto que es necesario conocer muy bien el juego y tener dominado el sistema de combate (además de no perder la concentración).
Lo bueno es que si prefieres una experiencia más relajada, este remaster también está pensado para ti, puesto que dispones de checkpoints frecuentes y guardado automático. Otras mejoras de calidad de vida las encontramos en la oportunidad de cambiar de arma al vuelo, sin entrar en el menú, aparte de que es posible saltar las cinemáticas por si queremos ir directamente a la acción.
Si eres un jugador veterano o completista, te agradará saber que Onimusha 2: Samurai’s Destiny tiene desbloqueados todos sus contenidos desde el inicio del juego (al contrario que en el título original)... y no son poco interesantes. Por ejemplo, El Hombre de Negro nos invita a recorrer un escenario en busca de rollos de película mientras esquivamos a los enemigos. Por su parte, Equipo Oni nos propone superar una serie de combates con cada vez menos vida, haciendo uso de los distintos personajes seleccionables. Luego tenemos Reino Fantasma, con una serie de puzles a resolver.
Esto asegura diversión más allá de la historia principal, la cual no es excesivamente larga: dura en torno a 8-10 horas, aunque depende mucho de la dificultad escogida y vuestra destreza. Además, es bastante rejugable, tanto por los distintos modos de dificultad como por los contenidos adicionales de los que hemos hablado, incluyendo una galería de arte con 100 nuevos bocetos y una galería musical con 43 canciones.
Jugar a Onimusha 2: Samurai’s Destiny 23 años después
La pregunta es: ¿se sigue jugando bien más de dos décadas después? Con esta puesta al día, Capcom da una gran alegría para los amantes de lo retro, y más en particular aquellos que disfrutaron del juego original en PS2. Recuperar esta joya del año 2002 es toda una experiencia, ahora con gráficos HD y las suficientes mejoras de calidad de vida como para jugarlo en la actualidad.
Es cierto que su sistema de cámaras ha envejecido mal y en el apartado gráfico se echa en falta un poco más dedicación, pero si tienes en cuenta que es un título con más de dos décadas de antigüedad seguramente sepas valorar todo lo que logró y por qué es un juego tan importante en la historia de Capcom. Se trata de un título especialmente pensado para despertar nuestra nostalgia, y redescubrir uno de los juegos de samuráis más únicos que han existido.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga para PlayStation 4 que nos ha proporcionado Capcom.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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