Con la llegada del verano en el horizonte, muchos españoles caen año tras año en la misma trampa: lanzarse a dietas de última hora con el único objetivo de perder peso. Y en ese impulso apresurado, no son pocos los que apuestan por regímenes restrictivos que, lejos de ayudar, acaban por eliminar del menú nutrientes esenciales. Un error común que sigue muy presente, a pesar de las advertencias de expertos como Laura Pérez Naharro, nutricionista y autora del libro El método de los 3 platos, quien lo deja claro: "una dieta eficaz no se basa en excluir alimentos, sino en saber comer".
Laura Pérez, nutricionista: "Una lata de sardinas puede sustituir al salmón para obtener omega-3"
En una entrevista reciente concedida a La Voz de Galicia de la que se hace eco El Español, Pérez desmonta con calma y argumentos uno de los clichés más extendidos en torno a la pérdida de peso: la idea de que hay que renunciar al pan, a la patata o incluso a los carbohidratos en general. Según ella, la clave no está en vetar, sino en aprender a combinar y elegir bien los alimentos, en función del momento y de las necesidades de cada persona.
"Muchos planes dietéticos eliminan los hidratos porque contienen glucógeno, que retiene agua. Al principio se pierde peso rápido, pero después todo se estanca. Y ese estancamiento, unido a las limitaciones económicas o sociales que impone la dieta, genera frustración y abandono", explica.
Pérez insiste en que no existe una dieta universal. Cada caso es distinto y debe adaptarse a los gustos, rutinas y estilo de vida de cada persona. "La alimentación debe ser como un traje a medida", asegura. Un concepto que va más allá del menú cerrado que ofrecen muchas guías semanales. "Es más útil enseñar que el omega-3 no solo se obtiene con un salmón de 25 euros el kilo, sino también con una sencilla lata de sardinas en aceite de oliva", ejemplifica.
En su libro, El método de los 3 platos, Laura Pérez propone una estructura clara y visual: tres platos diarios en los que se distribuyen de forma equilibrada verduras, proteínas, carbohidratos y grasas saludables. El objetivo es conseguir comidas saciantes, voluminosas y con un aporte calórico ajustado que permita establecer un déficit moderado y sostenible a lo largo del tiempo.
Desde su experiencia clínica y divulgativa, Pérez subraya que muchos alimentos malditos por la cultura de la dieta rápida —como los carbohidratos— no solo son útiles, sino que pueden ser aliados en el proceso. "Son saciantes, tienen valor nutricional y solo hay que saber integrarlos de forma que no dominen el plato", apunta.
A pocos días del inicio oficial del verano, su mensaje es claro: la obsesión por perder peso rápido, a base de restricciones, sigue siendo uno de los errores más comunes en nutrición. Frente a ello, propone una alternativa más realista: reeducar la manera en la que comemos. Comer bien no es renunciar, sino aprender.
