La defensa de Bruma será la duodécima misión de la historia de The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered. A lo largo de esta guía te ayudaremos a completar la misión de la mejor manera posible, siempre evitando tantos spoilers como sea posible para no estropearte nada. Esta misión se activará automáticamente al terminar Miscarcand. Cuando le entregues a Martin la Gran piedra welkynd, te informará de que tiene un plan y que lo único que necesita es dinero. No espera, ese era Dutch. Ah, ya, lo que Martin necesita es básicamente "un poco" de apocalipsis daédrico.
Asiste al consejo de guerra
Dirígete hasta Bruma y habla con la condesa Narina Carvano de los planes de Martin en el castillo. Después tendrás que ir a la capilla de Talos, donde Martin contará... es que no parece un plan, es un suicidio. Si no fuera porque seguro que ya tienes equipo para matar dioses, claro. O deberías. ¿No lo tienes? ¿Qué esperas, que te lo regalen? Ten en cuenta que si no has completado Aliados para Bruma puedes iniciar la batalla igualmente. No habrá consecuencias.

Protege a Martin mientras aparece la el gran portal
Aparecerá un nuevo marcador al nordeste de Bruma. Ve y asegúrate de guardar la partida.
Tendrás que esperar a que Martin llegue para soltar un discurso tipo Máximo Décimo Meridio de los de "A mi señal, ira y fuego".

Al terminar tendrás que verte las caras con varias oleadas de daedras. Ten muy presente que Martin puede morir y si lo hace, te obligarán a cargar la partida, así que debes ir con cuidado. A medida que derrotes oleadas, aparecerán más portales de Oblivion que escupirán enemigos.

Una vez aparezca el gran portal (no falla, es grande como un edificio y parece gritar "Vais a morir todos"), olvídate del combate y atraviésalo para comenzar Gran portal.